Claustro

El Monasterio San Salvador de Oña fue fundado en el año 1.011 por Sancho García, conde de Castilla y, aunque inicialmente fue un monasterio dúplice, es en el año 1.033 cuando pasó a convirtiéndose en monasterio bajo la regla de Cluny, adquiriendo una importante influencia política y social, siendo abad Íñigo y bajo dependencia de Sancho el Mayor de Navarra.

La iglesia del Monasterio de Oña, inicialmente románica del s. XII, fue ampliándose en diferentes épocas y estilos, por lo que alberga un importante patrimonio artístico de su periodo románico, de los que quedan pequeños retazos y que nos dan una ligera idea de su importancia.En su fachada, a ambos lados, podemos ver dos ventanales con una franja ajedrezada, y el pórtico, en el cual se encuentra una puerta labrada de nogal de estilo gótico mudéjar. En la Sala Capitular, nos encontramos con unas arquerías policromadas formadas por tres columnas y sus correspondientes capiteles. En la actualidad, se encuentran también expuestos en esta sala diversos capiteles románicos con figuras de animales y cestería, parte del refectorio del monasterio benedictino, así como una estela romana. Otro ejemplo de arte románico es el Cristo de Santa Tigridia del s. XII, en el que merece la pena fijarse en la expresión de su rostro.

Su claustro gótico, obra de Simón de Colonia y construido entre los años 1503 y 1508 en estilo flamígero, destaca por sus amplios espacios abiertos, su decoración y los siete sepulcros que se encuentran adosados a sus muros. En particular el perteneciente al obispo Don Pedro González Manso, realizado en alabastro por Felipe Vigarny, de claro estilo renacentista.

Son también importantes muestras del arte gótico la sillería del coro, en la que encuentran tallados ingeniosos animales fantásticos. Los panteones reales (a la izquierda del Altar Mayor) y condales (a la derecha del Altar Mayor) son de estilo gótico mudéjar, donde los sarcófagos están tallados en madera de nogal con tracería de boj. Las pinturas que cubren sus muros, de estilo hispanoflamenco del s. XV, del maestro fray Alonso Zamora, son de una gran fuerza narrativa. En ellas se encuentran las referencias sociales de la época, recogidas en los personajes que ahí se reflejan. Por ejemplo, el fresco de Santa María Egipciaca, en el que se representa su vida con una intención claramente moralizante.

En el crucero de la iglesia se encuentra un órgano barroco, con más de 1.100 tubos y frente a él, la capilla de Santa Catalina, la cual conserva seis tablas hispano flamencas del s. XV.

El Altar Mayor está formado por un gran arco de triunfo de estilo barroco, que viene precedido de la segunda bóveda, proyectada por Juan de Colonia,que es la más grande del mundo dentro del estilo gótico de 400 m2. En el Altar podemos contemplar diferentes bajo relieves con escenas y personajes bíblicos. Bajo su arco, se encuentra el tabernáculo con la arqueta de plata y bronce que contiene las reliquias de San Íñigo, estando decorada su bóveda con pinturas de Francisco Baveu, cuñado de Goya. En su sacristía se encuentran expuestos diferentes objetos reseñables de las que merecen una especial mención dos mortajas y diversas piezas de orfebrería.

Tras esta breve reseña de lo que puede ofrecernos este Monasterio, bien merece nuestra visita, que además puede complementarse con un paseo por sus jardines y la casa del Parque Montes Obarenes o la Iglesia de San Juan. Para aquellos amantes de la naturaleza, recomendamos un paseo por el desfiladero del río Oca, admirando su entorno natural.

Así mismo, a mediados del mes de agosto se lleva a cabo una representación histórica por los vecinos de la localidad, sobre la fundación del Monasterio: “El Cronicón de Oña”. Visita la página web oficial del Cronicón de Oña para obtener más información.